¿Por qué Casillas?, ¿por qué?
¿Por qué Casillas? ¿Por qué? ¿Por qué no hablaste a tiempo? ¿Por qué no antepusiste el club a tu figura? ¿Por qué no asumiste que no estabas en buena forma, que no eras el que fue ídolo del madridismo? ¿Por qué no paraste a los periodistas que conoces desde los 16 años cuando echaron tanta mierda a uno de los mejores proyectos del Real Madrid? ¿Por qué dejaste que ‘lapidasen’ futbolísticamente a tus compañeros y a tu cuerpo técnico? ¿Por qué Casillas? ¿Por qué?
Tantas preguntas sin respuesta, tanta desilusión hacia tu figura, tú que un día fuiste el jugador con el que lloré cuando llorabas como un niño tras comenzar tu leyenda después de ganar la 'Novena'. Tú, al que perdonábamos las malas salidas porque parecías ser el hijo perfecto, el mejor amigo posible, el hermano que muchos no tienen… Tú, el que parecía ser digno sucesor del más grande, don Raúl González Blanco, pero que finalmente no has conseguido dar la talla.
Es cierto que hicieras lo que hicieras nada iba a estar bien. Si no hubieses hablado, mal; cuando lo has hecho, peor. Tal vez porque tus palabras, tus gestos no denotaban total y completa sinceridad. Porque dijiste muchas cosas que reconducen a las preguntas anteriores y porque culpaste a Karanka de ser verdugo y, no es justo, no es justo porque tú tuviste buena parte de culpa, por no decir toda, de todo el circo en el que se convirtió la última temporada de Mourinho en el Madrid. Él no se lo merecía, tus compañeros tampoco y, por supuesto, la afición muchísimo menos.
No sé cuál será tu devenir en el Real Madrid, tu sueño es llegar a ser el presidente, el mío ver volver a Mourinho, o un banquillo con Zidane, Raúl, Xabi Alonso o Arbeloa. Lo que espero es que lo que venga sea para marcar una etapa gloriosa. Te cubriste bien la espalda, no dijiste nada malo de don José, quién sabe, con la de vueltas que da el mundo… Pero está claro que pase lo que pase, has perdido la confianza de muchos y la confianza es algo que se pierde tan fácil y volver a ganársela es tan sumamente complicado. La traición es difícil de olvidar. De momento, lo único que puedo desearte es que dentro del terreno y siempre que defiendas el escudo del Real Madrid tengas suerte y ganes todo lo posible, porque no hay nada por encima de este escudo, ni siquiera tú, aunque muchos lleguen a decir que formas parte de él.