¡Qué ganas tienen que te la pegues, Zidane!

Los que se agarran a la flor para justificar que Zidane no es un buen entrenador y que su éxito se basa en la simple fortuna, celebran la derrota en el Sánchez Pizjuán elogiando los cambios de Sampaoli y apuntando la mala gestión en los minutos finales del técnico francés (gol en propia portería de Sergio Ramos en el empate y despiste de Benzema y descoloque de Keylor Navas en el de Jovetic). Zidane, como no podía ser de otra forma, tiene más enemigos de lo que se podía pensar, que le estaban esperando, a pesar de esa sonrisa dulce, tierna y cautivadora que contrasta con el humor agrio de Luis Enrique, por ejemplo.

La derrota del Real Madrid es el triunfo del anti-Zidanismo. Lo acabamos de descubrir en su enésimo capítulo de la eyaculación de ‘la flor’. Ese sector perverso que nunca aceptó a Zizou como animal de compañía de Cristiano Ronaldo, por ejemplo. Por entender que el portugués se había cargado a Benítez, entre otras muchas farsas mal contadas. Entre Zizou y The Best decidieron que el Real Madrid iba a ser campeón de Europa y así comenzó todo el desprestigio anti-zidanista. Un triplete (Champions, Supercopa de Europa y Mundial de clubes) que escoció en 2016 (más títulos que derrotas).

En 2017 se quiere ver a Zinedine Zidane darse un hostiazo de campeonato y la derrota (todavía más espléndida para sus atacantes por ser en el minuto 92) provoca que se froten las manos. Han pasado 284 días desde la última (Wolfsburgo) y en ese tiempo a algunos se les había  congelado la plantación de veneno. Lo que olvidan es que el entrenador francés y la plantilla son una piña, un jardín de flores con fuertes raíces. Pinchar a Zidane (intocable para sus pétalos de jugadores) provocará que salga sangre en un Real Madrid más bravo.