Ramos y el tirón de orejas a Piqué
Gerard Piqué parece tener una especie de inmunidad divina. Cada vez que sale una nueva perlita por su boca corren en su defensa un batallón de protectores. No se sabe la razón de este misterio, con él todo vale: libertad de expresión, que es transparente, muy sincero y hasta dicen que es todo un bromista para intentar sacarle las castañas del fuego. Eso sí, cuando el 'bueno' de Piqué recibe unos pitos ni vale la sinceridad de los aficionados y muchísimo menos su libertad de expresión.
Muchos pedían una respuesta por parte del Real Madrid a todos sus ataques, otros pensaban que no había señorío en tal actitud. Pero, finalmente, han sido tantos los detonantes que el tirón de orejas al central catalán ha llegado. Como no podía ser de otra forma ha sido Sergio Ramos el que ha tomado la palabra para reprender a Piqué. Como uno de los capitanes de la Selección, pero, sobre todo, como capitán del Real Madrid.
Sí es cierto eso que tanto hemos oído: "Todos conocemos a Piqué", pero también es cierto que aunque sus salidas de tono son algo más que habituales eso no es excusa para que falte el respeto al madridismo día sí y día también, para que haga lo que le dé la gana y eso sin entrar a valorar su ideología, que digo yo que cuando eres tú el que no se esconde y presume de ello te pones en el disparadero independientemente de que te llames Pepito el de los Palotes o Gerard Piqué.
Ramos le reprendió, dijo que él cuando gana no se acuerda del resto. Una respuesta algo light, pero una respuesta al fin y al cabo. Desde que Sergio abrió la boca no han cesado las opiniones que hasta afirman que el capitán blanco ha provocado un incendio. Sí, sí, Sergio es el que ha provocado el incendio. Hasta Zubizarreta ha dicho que todo se solucionará como lo hicieron Casillas y Xavi y yo me pregunto ¿cómo?, ¿con una nueva bajada de pantalones de un madridista hacia un culé? Pues no, Sergio aguanta, lo único que has hecho es ser sincero, transparente –lo que tanto aplauden justo de Piqué- y ejercer como capitán del Real Madrid, que ya había ganas, después de tantos años, que el dueño del brazalete blanco ejerciese de ello.