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Real, no la toques

de Andrés Espuelas

Un balón con nieve caía del cielo de Glasgow un 15 de mayo de 2002 en una noche típica en la ciudad escocesa. Como si de la caza de una mosca por un camaleón se tratase, un mago con cara de adolescente con acné empaló un tiro con su pierna (menos) mala que se quedó para la historia. Nunca antes una volea fue ejecutada tan perfecta. Hiciese la foto donde la hiciese, seguro, que tenías para un poste en la habitación de tu hijo pequeño.

Antes de que pitara Urs Meier el final de aquel partido, muchos pedían ya la 'Décima'. Quizá ya se imaginaban la dificultad que sería conseguir eso. Nunca antes, sin embargo, el madridismo había estado tan cerca de conseguir algo que para algunos se ha convertido como un reto propio pese a que, individualmente, no puedan hacer nada para alcanzarlo. El haber llegado a la final a algunos ya les ha costado una rapada al cero, teñirse el pelo o incluso compartir un mes en casa con la suegra.

El afán de Felipe II por construirse el monasterio del Escorial o el capricho de Berlusconi por conseguir mansiones nunca será comparado con la obsesión del Madrid con la 'Décima'. Sólo la maldición de Béla Guttmann en el Benfica puede superar la ansiada espera por un título en el mundo del fútbol. El equipo portugués siguió con el gafe tras perder la Europa League y el Madrid se encontrará en menos de diez horas con la Orejona, cara a cara.

Se ve pero no se toca - Gattuso demostró que ese era el camino - para poder jugar una final sin que la superstición haga acto de presencia. Recordad a Di Stéfano, Puskas, Gento, Pirri, Raúl, Hierro, Sanchís, Mijatovic, Zidane y un sinfín de jugadores que han hecho que el escudo del Madrid pueda presumir de nueve estrellas. Nada será fácil, los 90 minutos serán una prueba de obstáculos que habrá que sortear a la perfección para llegar a una meta. Una meta que, en caso de alcanzarla, crearía un baby boom en toda regla.

Dicen que Marco Antonio enamoró a Cleopatra con un vino con pétalos de rosas. Carletto, échale pétalos al juego para conseguir ese amor, la 'Décima'.


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