Retrato a un palmero
Palmero, dícese de aquel sujeto que alaba todo lo que hace y dice un determinado personaje público, en nuestro caso futbolista, pese a que se equivoque o sus actuaciones dejen mucho que desear. El perfil de este tipo de individuos comenzó a resurgir hace unos años, encarnados en defensores a ultranza de Iker Casillas. Sin embargo, la epidemia no ha hecho más que expandirse.
Entorno al Real Madrid sobrevuelan los palmeros, destacando de forma especial aquellos que componen las trincheras de jugadores como Isco, Morata o incluso Sergio Ramos. Ser español es una característica muy común para tener una legión de adoradores, si eres canterano, como en el caso de Álvaro Morata aún mejor.
Los beneficios que acarrea tener a la opinión pública de tu parte es que siempre van a sobreexplotar tus logros, pero es que, además, tapan los partidos grises, las malas actuaciones, siempre habrá una excusa ‘perfecta’ para que su futbolista preferido no caiga en desgracia y, es aquí donde llega lo malo. En su afán de proteger a su elegido no dudan en pasar por encima de jugadores también madridistas. Da igual si el damnificado es James, Benzema, Varane o hasta Nacho, lo importante es que los suyos jueguen.
Especialmente curioso es que Lucas Vázquez, español y canterano, no goce de esta prensa a favor, ¿por qué será?, tal vez porque no se casa con nadie. Y es que es sorprendente que para el gallego, el mejor cuando salta al terreno de juego, no se pida la titularidad cuando para otros como Isco sí se hace. Pues desde aquí digo: Lucas, titular.