.

Sí se puede

de Jorge Calabrés

El Real Madrid demostró en 20 minutos ante el Éibar que superar la eliminatoria ante el Wolfsburgo el martes no es una tarea imposible. Ese fue el tiempo que tardaron los de Zidane en lograr los tres goles que necesitarán ante los alemanes para estar en las semifinales de Champions League. Lo hicieron con buen juego y con mucha más intensidad que la mostrada en el Volkswagen Arena. En condiciones normales, los blancos eliminaran a los de Hecking. No es necesario un milagro ni que se dé ninguna situación paranormal.

La vuelta de James fue la otra gran noticia para el madridismo. Tres minutos tardó el colombiano en marcar un golazo de falta y, aunque sin sonreír, comenzar su reconciliación con la afición merengue. El Madrid necesita al mejor James y nadie más que Zidane quiere al colombiano en su mejor estado de forma. Se ofreció, corrió y luchó. La calidad siempre la ha tenido, pero sin sacrificio no se logra nada. Ese el único camino al éxito. 

Otros jugadores como Nacho y Lucas Vázquez demostraron, una vez más, su gran fiabilidad. El central puso contundencia en una línea defensiva que fue el punto débil del Real Madrid tanto en Alemania como en el Clásico. Por su parte, Lucas Vázquez siempre lo intenta y deja cosas interesantes. El canterano es un ejemplo de constancia y buen hacer. La parte negativa fueron los pitos a Danilo. El Bernabéu señaló injustamente al brasileño como el gran culpable de la debacle europea. El nuevo, el último en llegar mientras otros se fueron, como siempre, de rositas. Sin embargo, Zidane y la actitud del lateral transformaron los silbidos en aplausos. Situación difícil para un futbolista que tiene la espada de Damocles prendida sobre su cabeza desde que llegó a la capital de España

En definitiva, una goleada que sirve de terapia para un Real Madrid mentalmente frágil y que necesitaba un impulso antes de afrontar el partido más importante de la temporada. El club blanco se juega el curso futbolístico ante el Wolfsburgo después de una campaña plagada de sinsabores. Los de Zidane recuperaron el camino emprendido en el Camp Nou y debe pasar página, pero no olvidar, la bochornosa imagen ofrecida en el Volkswagen Arena. El martes los jugadores tienen que levantar al público y convertir, todos juntos, el Bernabéu en un infierno. Sí se puede. 


Otras noticias
PUBBLICITÀ