Sobre Bale, Abelardo y Clos Gómez
Fue el Madrid a Vallecas sin Cristiano en la convocatoria, algo tan inusual como ponerse 2-0 en menos de quince minutos. La indolencia inicial ponía al Madrid en la tesitura más madridista: la remontada. Sin Cristiano en el campo, Gareth Bale abanderó una victoria que empezó y terminó con sus salvadores goles, uno de colosal testarazo tras saque de esquina y otro al finalizar de zurdazo una cabalgada cum laude. Un portaestandarte capitaneado también por Lucas Vázquez, que logró el empate con un cabezazo a lo Santillana poniendo la guinda a lo que está siendo una progresión inmaculada. Con la victoria y el posterior 1-0 en el Calderón, partido marcado por la enésima tropelía de un Cholo Simeone que ordenó lanzar un balón al terreno de juego mientras que el Málaga se proyectaba al contraataque -lo que por reglamento supone tres partidos mínimos de sanción y 3000€ de multa- el Barcelona encaraba su partido contra el Sporting tercero en Liga y con la imperiosa necesidad de ganar para conservar su liderato en la competición. Las sospechas de que Abelardo tiraría el partido pese a jugarse el descenso se confirmaron minutos antes del inicio del partido, donde una alineación con más de seis cambios con respecto a la anterior aventuraba a pensar que el conjunto de Luis Enrique se llevaría de calle el partido. Con esa sensación interiorizada en los jugadores blaugranas, el Sporting gozó de ocasiones para dar un susto en Barcelona, y hasta la apatía de los jugadores hizo crecerse a unos suplentes bien plantados en el Camp Nou. Una creencia por la victoria que quedó truncada de la misma manera que en Valencia, en Canarias, en Málaga... y en el 90% de los partidos de un Barça que ya es el equipo con más penaltis a favor de la historia de la Liga con 19 penas máximas a favor -y sólo 1 en contra- en 35 partidos. De esos diecinueve, tres de ellos fueron señalados por un Clos Gómez que, no satisfecho con el ensañamiento, expulsó a Vranjes -ya van 8 expulsiones a favor y 1 en contra- y permitió un gol en claro fuera de juego, perdonó una posible mano de Piqué y concedió el gol que abrió la lata pese a provenir de una falta a Pichu Cuéllar, guardameta del conjunto sportinguista. Ante tal estafa, el mismo Abelardo que tildó de "vergüenza", "escándalo" y "robo" un partido contra el Granada en el que pitaron un penalti que no era, tuvo la desvergüenza de declarar en rueda de prensa que "el árbitro no tuvo nada que ver en el resultado", finalizando con un contundente "soy asturiano y luego catalán. Sportinguista y culé. El Barça sacará los tres partidos que les quedan". Una jornada que terminó como empezó, con los tres de arriba y un arbitraje que siguen en su empeño de conseguir el objetivo de la Liga