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Todo a una carta

de David Sánchez Torrico

Pocas horas antes de que los chicos de baloncesto conquistasen su tercera Copa del Rey consecutiva, cerrando la boca a aquellos entrenadores de Liga Endesa que ni siquiera les veían en la final, el equipo de fútbol dijo adiós a la Liga definitivamente. Ante un Málaga valiente y muy bien plantado en el terreno de juego, el Real Madrid volvió a mostrar una versión gris fuera de casa, la que le ha llevado a perder la friolera de dieciséis puntos cuando ha actuado como visitante.

Aunque con Zidane las cosas van mejor en el vestuario, el francés tampoco puede hacer milagros y el hecho de dejar escapar el torneo de la regularidad un año más deja a los jugadores en el punto de mira de la afición. Pero aún queda una oportunidad. La Champions League, la competición que tan grande ha hecho al Real Madrid a lo largo de su historia, se antoja como la última ocasión para salvar lo que sería una temporada más que decepcionante.

En el fútbol todo es posible y hay que tener fe en la posibilidad de que la Undécima llegue esta temporada. Sin embargo, muchas cosas tienen que cambiar en el equipo para poder competir con los mejores de Europa. Ante el Málaga, el conjunto blanco dejó claro que no es, ni mucho menos, todo lo sólido que debe ser en defensa y eso se paga en la máxima competición continental. Pero la Champions es lo único a lo que el madridismo se puede aferrar. El Real Madrid se juega todo a una carta.


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