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Zidane mourinhizado

de Jorge Calabrés

El Real Madrid no vuelve porque siempre está, pero la victoria en el Camp Nou supone un alivio para los madridistas y un gran empujón al proyecto de Zidane. El conjunto blanco se jugaba la cabeza ante el Barcelona y vuelve a la capital de España reforzado y con la certeza de que la Undécima es posible. La Liga sigue difícil, muy difícil, pero el triunfo en la Ciudad Condal supone mucho más que tres puntos de sotura, es la confirmación de que el equipo merengue marcha por el buen camino.

Y el Madrid derrotó al Barça con el estilo de Mourinho. Líneas juntas, presión alta y buscando la velocidad de su tridente ofensivo al contraataque. Sin duda, la mejor receta para noquear a los culés y algo que no supieron, o no quisieron, ver ni Ancelotti ni Benítez. Un Zidane mourinhizado que dejó en el Camp Nou la impronta de gran entrenador para estupor y colapso de gran parte de la prensa deportiva. 

Épica y corazón. Así ha sido siempre el Madrid y así fue en el Clásico. Zidane profanó el templo azulgrana con un equipo entregado y luchador. Una victoria a pesar de Ramos y Pepe. Los centrales madridistas firmaron una calamitosa actuación y fueron el mayor peligro para un sobresaliente, otra vez, Keylor Navas. De Barcelona regresa un Real Madrid más fuerte y, sobre todo, un Zidane consolidado. 


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