Zidane no da con la tecla
El Real Madrid Castilla no ha empezado la temporada de la mejor manera posible. Tres derrotas en tres partidos eran los resultados del filial blanco en lo que llevábamos de curso. Sin embargo, la historia cambió el pasado fin de semana frente al Trival Valderas Alcorcón. Los pupilos de Zidane salieron más enchufados que nunca y pronto se pusieron por delante en el marcador, con un gol de Burgui. Raúl de Tomás y Medrán también quisieron unirse a la fiesta blanca para dar la victoria al equipo, y los tres primeros puntos de la temporada.
Los castillistas acabaron así con la mala racha y de paso sacaron de un apuro a su entrenador, que parece no estar del todo preparado aún para llevar un vestuario en solitario. Zidane tenía sobre sí las mejores expectativas, pero lo cierto es que los primeros resultados quedan lejos de lo que se esperaba de él. El francés preparó durante la pasada temporada su vuelta a los terrenos de juego, ahora como entrenador. Sin embargo, a veces se echa en falta esa garra de líder. Pero no seamos tremendistas. Dirigir al castilla no es tarea fácil y Zidane, porqué no, merece un voto de confianza. El filial blanco es un toro difícil de lidiar, y más aún para alguien sin experiencia. Aunque quizá, de seguir así, lo correcto sería que el francés siga aprendiendo en un segundo plano.
Los blancos lo intentan cada vez que salen al campo, una y otra vez. El control del juego es de los castillistas durante gran parte de los partidos. Sin embargo, los goles no llegan y los partidos no solo se ganan con una defensa sólida. Los balones llegan arriba, pero los delanteros no están acertados de cara a portería. A esto se suma una falta de intensidad y concentración por parte de todo el equipo. Medrán y Burgui se han echado el equipo a la espalda en cada encuentro y se han convertido en pilares fundamentales del Castilla de Zidane. Pero la sensación es que la apatía invade a todo el equipo cuando pisan el campo.
La situación se hace aún más grave si tenemos en cuenta que los blancos han descendido recientemente de la división de plata. Precisamente por este motivo, deberían ser el rival a batir, el hueso duro de roer de la categoría y, sin embargo, no han salido de los últimos puestos de la tabla en lo que llevamos de curso.
Posiblemente, los merengues estén echando de menos el buen hacer de hombres como Aguza o Benavente. Al catalán las lesiones le mantienen alejado de los terrenos de juego. El peruano, por su parte, disfrutó de unos minutos en el último partido, pero lo hizo mermado y lejos de su mejor nivel. Sin embargo, el principal problema no es el centro del campo. De Tomás no deja de intentarlo, pero no termina de estar fino de cara al gol, a pesar de los dos tantos que ya ha conseguido. Markannen, por su lado, no parece ser el delantero que necesita el Castilla. El 1,97 del finlandés le alejan de esa rapidez que requiere el juego eléctrico por el que abogan los blancos.
Lo que está claro es que los de Zidane necesitan dar un vuelco a la situación. Y cuanto antes sea mejor. Los castillistas tienen una gran plantilla y eso tiene que notarse en el campo.