Zidane se quedará sin ver a De Tomás
El Rayo Vallecano llegó ayer a Nervión sabiendo que encaraba la complicada empresa de enfrentarse a todo un Sevilla en el Sánchez Pizjuán, y que además lo hacía sin su líder. Raúl de Tomás no podía disputar el choque por cúmulo de amonestaciones, lo que obligó a Jémez a dilucidar si dar cabida en la última pieza del puzle a Javi Guerra o Franco Di Santo, dos arietes sin rodaje que han vivido toda la temporada a la sombra del cedido por el Real Madrid. Finalmente apostó por el segundo, pero lo peor para los franjirrojos radicaba en que antes del partido en la capital hispalense ya sabían que no podrían contar con su hombre gol tampoco para el choque de este fin de semana. Demasiado huérfano queda su equipo sin el calor de sus 14 goles.
Los de Vallecas imploraron a un Madrid sin alicientes competitivos por la liberación del jugador para el derbi en la Avenida de la Albufera, pero la réplica madridista supuso un "no" rotundo. Los locales no abonarán el dinero correspondiente para poder enrolar en el once inicial al jugador, y en una nueva final por la vida no podrán aferrarse a su factor diferencial. El madrileño es el termómetro rayista en campo contrario. Aporta una alternativa más en el juego con su facilidad para bajar a combinar y ataca el espacio con determinación cuando huele la sangre de las zagas rivales. No necesita entrar mucho en contacto con la pelota para generar peligro y arrastrar marcadores cuando recibe el balón. También domina el registro del juego aéreo, lo que podría beneficiarle sin tener delante a Sergio Ramos.
La afamada cláusula del miedo volverá a golpear al fútbol, esta vez al sur de Madrid. Un aditivo cobarde que desvirtúa la competición al impedir que un futbolista pueda enfrentarse al equipo poseedor de sus derechos. ¿Qué hubiera costado anularla a un Madrid al que solo le queda jugar para matar el tiempo hasta el final de LaLiga y de paso hacerle un favor vital a un vecino amable? Zidane perderá la oportunidad de presenciar en vivo a un hombre sobre el que tendrá la potestad de decidir su futuro a partir del próximo 30 de junio.