Si no vas a creer, el manicomio no es para ti

Yo creo que todo madridista de bien, entre los que obviamente me incluyo, ha pasado por el mismo vaivén emocional en la última semana. El martes por la noche, después de la debacle en Londres, nos vimos eliminados. Desde el miércoles hasta el viernes, un pensamiento recurrente de '¿Y si marcamos nosotros primero en la vuelta?' empezó a rondar la cabeza de millones de madridistas en todo el mundo. El sábado, después de la imagen del Real Madrid en Vitoria, volvió ese pensamiento pesimista ligado a lo que dicta la lógica. Levantar un 3-0 no poca cosa. Pero desde el domingo hasta hoy, esa sensación de remontada ha ido 'in crescendo'.

A poco más de 24 horas de que eche a rodar el balón, los madridistas que no confían en remontar al Arsenal son minoría. Y lo son porque el Real Madrid nos ha acostumbrado a lo imposible en los últimos años. A este equipo hay que matarlo dos o hasta tres veces en Europa antes de darlo por muerto; y quien piense que los de Ancelotti ya están eliminados, están muy equivocados. Quedan noventa minutos -como mínimo- por delante.

Si conseguimos ponernos por delante en el marcador, no tengáis la más mínima duda de que a los 'gunners' les van a temblar las piernas. De la actual plantilla del Arsenal, solo Thomas Partey, Odegaard y Mikel Merino saben lo que es jugar en el Santiago Bernabéu. El resto ni se imagina el ambiente que se va a encontrar mañana.

Poco más de 24 horas para que se abran las puertas del manicomio. El territorio de los milagros. El Santiago Bernabéu. Si no vas a creer, no vayas mañana al estadio. Si no vas a creer, quizá el Real Madrid no está hecho para ti.