Cuando el Madrid va por debajo en el marcador, los ateos se convierten

12.04.2018 16:48 de  Pipe Olcina   ver lecturas
Cuando el Madrid va por debajo en el marcador, los ateos se convierten
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De la noche de ayer en el Bernabéu, los años recordarán a un Buffon enajenado que se despidió de la competición del mismo modo que lo hizo Zidane de los terrenos de juego. Uno y otro de espaldas al fútbol mientras los ojos del otro le acompañan hasta las sombras del túnel. En Italia se acordarán el gesto del dinero de Giorgio Chiellini o del porqué Dybala decidió borrarse de la noche que pudo llevarle al Mundial. Seguirán cantando los goles de Higuaín, pero nunca depositarán sus esperanzas en él en una noche crucial y sí en Mario Mandzukic, un hombre que arregló su futuro con dos testarazos al fondo de la red.

En España, los nietos escucharan hablar de robo y otros de la supervivencia que tiene el Madrid. Ramos, Chicharito, y Cristiano, son alguno de los héroes que decidieron en la historia reciente una eliminatoria a favor de los blancos en la recta final. El Madrid juega con fuego, pero nunca se quema. Sufrir como nunca para pasar como siempre, apunta la prensa. Anoche a todos le temblaban las piernas menos a Cristiano que ni celebró cuando Michael Oliver señaló la pena máxima. Había llegado la hora de poner fin a las plegarias, enterrar por segunda vez a esta Juventus y apagar el fuego que había convertido al Bernabéu en un volcán en plena erupción.

Fue directo a por el esférico y a pesar de la eternidad, no se anduvo por las ramas. La misión estaba clara. Si antes fue Milán, ahora era en el Bernabéu con una Juve enrabietada y un portero que era el único que estaba frío de los 85.000 allí presentes, Cristiano demostró nervios de acero y una personalidad por encima de la media. 

Pero Cristiano no es hombre de cuartos de final, es un hombre de momentos. Sabe cuando salta el flash, sabe cuando hay que penetrar, sabe cuando hay que hacerlo todo para reinar. Cuando el Madrid pierde....todos los ateos se convierten. Hasta 23 goles llevan la firma de Cristiano cuando el Madrid va por debajo en el marcador en la Champions. Messi no puede decir lo mismo que lleva solo 4. En la parroquia madridista rezan a Cristiano para que saque las castañas del fuego, y desate la furia y el odio en el enemigo.

Anoche lo intentó todo hasta que decidió que había llegado la hora de poner fin al sufrimiento. Como apunta Jorge Bustos, "Ayer Cristiano robaba, centraba, remataba, pero el gol no llegaba porque CR todavía no ha superado la barrera cuántica de la ubicuidad que le permitirá introducir en la red el balón colgado por él mismo desde la banda. Paciencia".

Lo de anoche tuvo el desenlace que acostumbra. Fue la película dónde el malo no muere ni a palazos y el bueno casi desvanecido, desangrando y sin balas siempre gana. Fue el desenlace 'perfecto', el que aburre a muchos, el que todos piensan, el que todos querrían tener, pero que no se compra, el que todos sueñan, pero que nadie tiene. Es la 'flor' de Zidane, es el ADN de los blancos, es la vida de Cristiano. "Cuando ya nadie nada, el Madrid siempre todo" dice Jabois y no le falta razón.