Reanudar o no LaLiga: la delgada línea entre la salud y el negocio

A la Eredivisie se le ha puesto punto y final en los despachos y la pandemia del coronavirus amenaza con lo mismo en otros países como Bélgica, que hace unas semanas ya tomó la voz cantante con la posterior amenaza de la UEFA. Ésta lanzó un órdago mediante el cual amedrantaba con dejar sin billete europeo a los clubes de aquellos países que tomaran el mismo sendero, pero si la necesidad aprieta...

En vista de la situación que nos aborda, con un virus que no concede tregua ni alto al fuego, reanudar el fútbol parece más un deseo que una posibilidad factible. Espectáculos multitudinarios como San Fermín han bajado la persiana. Solo habrá un chupinazo, y será de alegría entre los bovinos y todo aquel amante animal. Si bien los partidos transcurrirían sin público, la masa humana implicada en mantener a flote el circo no es pequeña. Cuerpo técnico, empleados de clubes a todos los niveles, de los campeonatos y jugadores, que en un lance natural pueden acabar a milímetros o impactando con el riesgo que eso implica. Tebas, en un alarde de osadía, no contempla una nueva suspensión si por la reanudación se chequea un positivo, y ni siquiera ve posible que suceda por la venda económica que le impide atisbar riesgos.

Desde el delantero centro hasta el utillero deben convivir en estrechos espacios al calor de un vestuario, por no hablar del contacto entre todos con sus allegados y otras personas del entorno. La falta de público no solo desvirtúa el deporte, sino que tampoco garantiza su seguridad. Por no hablar de la cantidad indiscriminada de pruebas que se estipulan para volver, y que otras personas necesitan con mayor premura, como bien expone el Racing. Cabeza y coherencia, con 'c' de coronavirus.