Valverde y un problema de cantidad y no de calidad

A Fede Valverde nunca le ha faltado calidad o ganas de triunfar pero sí oportunidades. El año pasado, el uruguayo fue siempre de los primeros descartes, con pocas oportunidades y pocos minutos y con grandes posibilidades de abandonar la entidad madridista. Discreto, callado y trabajador, el ex de Peñarol cuajó una buena temporada en el Deportivo en la 17/18 pero no se le veían claras opciones de triunfar de blanco.Por entonces, Zidane comandaba la nave blanca que contaba con uno de los mejores centros del campo de su historia en plena forma: Casemiro, Kroos, y Modric. Pero la virtud del Real Madrid fue la 'Unidad B’, donde Isco, Ceballos, Kovacic y, en menor medida, Marcos Llorente, triunfaban junto a los titularísimos.

Cualquiera que hubiese visto aquella plantilla, habría apostado por la venta de Valverde, pues el Real Madrid tenía presente y futuro más que de sobra en sus filas.

Pero el destino o la suerte han querido que Valverde haya sabido aguantar cierto ostracismo hasta convencer al entrenador galo, falto de efectivos en el centro del campo tras las salidas de los Kovacic, Llorente, Ceballos y las ‘no llegadas’ de Pogba, Van de Beek, Bruno Fernandes o Marc Roca.

En el partido ante el Granada, el ’pajarito’ fue un águila imperial y dio a la razón al entrenador que confió en él. Evidenció que el problema que actualmente padece el Real Madrid es la cantidad de centrocampistas, no la calidad. El nivel de Valverde fue magnífico, Kroos y Casemiro han recuperado su mejor versión, James se ha vuelto un mago todocampista e Isco va poco a poco recuperando el nivel físico, pues de su magia no cabe duda.

Viendo todo esto, llegamos a la conclusión de que, la explosión de Fede Valverde certifica el hecho de que el Real Madrid necesita un centrocampista fiable que venga a complementar el centro del campo, pero no a mejorarlo, porque con los efectivos a este nivel parece complicado.