Pecar de Lannister

01.09.2014 11:00 de  Francisco José Reina   ver lecturas
Pecar de Lannister
© foto de Francisco José Reina

Los primeros veinte minutos del Madrid presuponían una exhibición blanca en casa de la Real. Dos buenos goles en los primeros compases del partido, buen juego y sensación constante de peligro avalaban la percepción de superioridad.  Pero fue un espejismo. Lo que parecía ser un paseo se convirtió en una tragedia. Del 0-3 al resultado final y los males imperecederos del Madrid haciendo acto de presencia. 

Si de por sí en Inglaterra celebran los saques de esquinas como si de goles de tratasen, el día en el que se enfrenten al Madrid en Champions repartirán confetis y abrirán botellas de champán. Errores en la marca y el portero ligando con el larguero mientras la ceja de Ancelotti yacía relajada viendo cómo Khedira y Arbeloa salían a revolucionar el partido. Por si no tuviéramos bastante, Casillas a final de partido salió a “dar la cara” haciendo un análisis muy fino y autocrítico en el que repetía una y otra vez que todos habían estado muy mal, no sin antes felicitar a la Real Sociedad, claro está. La consecución de la Décima abre un interrogante sobre si lo que empieza es un ciclo o el logro de la ansiada Copa de Europa ha cerrado uno. La plantilla que logró la Champions se ha resquebrajado y de nuevo nos topamos contra un puzzle sin empezar. O quizás todo sea la histeria que invade al madridismo en cada derrota y todos estemos lanzando conclusiones prematuras. 

Lo cierto es que estamos nadando en un mar de dudas y en un ambiente tremendamente enrarecido en donde se peca de Lannister, empeñados en llevar por bandera el apellido y el escudo dejando sin cuidar a los que lo nutren. Si no, que pregunten al madridismo y sobre todo, a las últimas salidas. 

Francisco José Reina
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Francisco José Reina
Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.